La ceremonia de Laura y Sergio se celebró en un pequeño jardín. Muy bonito, por cierto. En este tipo de sesiones, cuando tenemos una luz de atardecer baja, a veces tenemos un pequeño inconveniente con la iluminación. Suele ser baja así que, dependiendo de la dirección de la misma (especialmente lateral), o se convierte en nuestra aliada o en nuestra “pesadilla”. En este caso tuvimos algo de suerte. La Luz natural del sol venía desde la parte de atrás de la ubicación de los novios lo que iluminaba de frente toda la zona de los invitados. Sin embargo, los árboles que había tras los novios proporcionaban sombra a los novios lo cual ayudó a la sesión, al menos, en cuanto a controlar La Luz se refiere. Sin embargo, me hubiera gustado haber visto el resultado de la sesión si no hubiésemos tenido esa sombra y luz plana. Aunque hubiera sido una situación más complicada de fotografiar, sin duda hubiéramos obtenido unos resultados mucho más creativos.
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